Las circunstancias únicas de la pandemia de COVID-19 han supuesto un desafío sin precedentes para las operaciones de restaurantes y camiones de. Las prohibiciones y cierres forzados a niveles nacionales seguidos de esquemas de reapertura desiguales y la implementación de nuevos protocolos de higiene y saneamiento estado por estado han obligado a los equipos de gestión a girar rápidamente y adaptarse a un entorno en rápida evolución.
Los operadores exitosos de restaurantes y Food Trucks deberán aplicar un enfoque mesurado a la preparación para la perspectiva probable de una «segunda ola» de COVID-19. Esta segunda ola, de duración y gravedad desconocidas, que podría resultar en un brote regional o nacional en la última parte de 2020, creará un nuevo conjunto de desafíos. Para navegar con éxito estos eventos, los operadores deben considerar estas tres estrategias probadas para prepararse para la «segunda ola».
¿Qué has aprendido ya?
Lo primero que debe hacer un operador de Food Truck en preparación para la siguiente ola es mantener una reunión breve con cada miembro del personal y hacer un informe completo de la evolución del Food Truck después de la primera ola de COVID-19. Repase metódicamente cada parte de la respuesta y haga dos preguntas: «¿Qué hicimos bien?» y «¿Qué podemos mejorar?». Al decidir cómo realizar una sesión informativa, siga estas pautas:
Manténgalo dentro de los 30 días posteriores a la reapertura. Los recuerdos se desvanecerán rápidamente a medida que el personal vuelva a su rutina y las valiosas lecciones aprendidas podrían perderse.
Exigir el 100% de participación del personal porque cada uno puede brindar perspectivas únicas sobre cada elemento de su respuesta.
Prepárese para posible segunda ola y confinamiento parcial o total
¡No deje que esas valiosas lecciones del primer confinamiento se desperdicien! Hay pocas dudas de que la amenaza a largo plazo de COVID-19 para las operaciones hosteleras no se evaporará una vez que se levanten las restricciones actuales, por lo que las lecciones identificadas pueden ser invaluables si hay una segunda ola.
Por lo tanto, los operadores de Food Truck deben prepararse para el potencial de picos periódicos que, dependiendo de su gravedad y nivel de cobertura mediática, podrían crear una acción reflexiva por parte de las autoridades de salud pública en forma de cuarentena secundaria.
En preparación para esta posibilidad debería considerar el manejo muy cuidado de las finanzas y operaciones del Food Truck y determinar cuando conviene tenerlo en operaciones y cuando no. Las lecciones de gestión aprendidas tras la vuelta a la “nueva normalidad” se pueden aplicar no solo en el evento de un segundo rebrote sino también en manejar mejor los altibajos de la estacionalidad.
